Lic. Carolina
Barrionuevo
*Trabajo presentado en la
2º Jornada del Equipo de Niños del Hospital Álvarez: “La Infancia en los
Márgenes” (2013).
“Enuresis, encopresis, dificultades en el lazo con pares,
dificultades para la adquisición de
las pautas madurativas, problemas para aprender conocimientos nuevos, angustias transpuestas en
síntomas corporales” son los motivos
más frecuentes de las consultas
por un niño. Motivos que generalmente se relacionan
con momentos de pasaje del niño de un estado
de dependencia respecto del Otro a
la conquista y
exploración de su escena del mundo.
Propongo entonces escuchar en los encuentros con un niño
la posición de ese sujeto en
relación al Otro, al semejante, a la demanda, al deseo,
a los objetos
pulsionales, teniendo en cuenta
los tiempos de ese
sujeto en la estructura
dentro del constitución subjetiva. Siguiendo la lectura del Seminario 16 de Lacan, poder ubicar
como le fue ofrecido al
sujeto el saber, el objeto y el goce, y la respuesta del sujeto. Es
en el armado de una escena
lúdica donde el niño podrá ir articulando su malestar, poner en forma “su
urgencia”. Los juguetes serán los objetos que presten soporte material al texto
del niño. Instantáneas del primer
encuentro con un niño…Fotografías que singularizan ese síntoma en sentido
amplio que motivó la consulta. Estampas en donde el niño articula su posición dentro de la economía libidinal
de la estructura familiar.
Llega Tomas con
sus 4 añitos de edad acompañado de su mamá. Toca el
timbre y contra toda expectativa familiar, Tomás entra al consultorio sin problemas. Sorpresa
para su mamá quien debe acompañarlo y permanecer pegada a su lado para que el niño pueda concurrir a los cumpleaños. Me presento ante el niño y
muestro los juguetes. Los explora y pide hojas para dibujar. Dice que va a escribir su nombre
pero no se acuerda cómo se hace, me solicita que lo haga yo. Al finalizar, pide también la escritura de su apellido. Saca de la caja de juegos 2 pistolas y los walky-talky. “Se necesitan
refuerzos”, refiere hablando por walky-talky. “Hay que frenarlos antes de que lleguen”, agrega. Nos situamos a un extremo de la pared, ubicamos frente a nosotros dos sillas como protección, y comenzamos a disparar y tirar bombas. “Ahí
vienen, pidamos refuerzos”, continúa
diciendo el niño. Atemorizados los dos, por miedo a que lleguen, llamamos insistentemente con los walky-talky
a los refuerzos mientras seguimos defendiéndonos con las pistolas y las bombas. Los padres de Tomas se anticipan excesivamente a los pedidos del niño “porque creen que no va a poder”,
así el pequeño no dispone de su
cuerpo para compartir eventos sociales con los compañeros, permaneciendo pegado al cuerpo de su madre, no puede comer, ni dormir solo, ni lograr el control de
esfínteres. Por lo tanto, en su primer encuentro con su
analista el Tomás pide “refuerzos para frenar al Otro antes de que llegue”.
Martina de 6 años
de edad me propone jugar a
la ruleta. Debemos
clasificar todos los
juguetes de la caja
según orden temática: soldaditos, elementos de cocina, barbies,
cosas para dibujar,
dinosaurios, autitos, títeres….
Los ubicamos armando un
gran círculo, ella se ubica en
el medio y
gira en círculo como la aguja de un reloj señalando con su
brazo los juguetes a medida que pasa por cada
sector. Yo debo ubicarme
afuera de la ruleta con los ojos
cerrados y debo decir
basta en algún
momento. Instante en el cual, Martina se
detendrá señalando el grupo
temático de juguetes con el que jugaremos ese día. Pregunto qué pasa si nos
toca los soldados
o algo que no nos guste: “La ruleta
es así, toca lo toca”. Ubicando la niña, de esta
manera, que solo
podremos jugar a lo
que nos
toque sin posibilidad de elegir. En este “toca lo que
toca” la niña
presenta episodios de enuresis las
noches anteriores a cada
evento social o escolar en
que se debe poner a
jugar algo de su elección, de su deseo.
Carlitos de 6
años de edad y su mamá
tocan el timbre de
mi consultorio, me acerco a saludar al niño
con un beso, y reacciona precipitadamente corriéndose para atrás, ubicándose a una distancia
considerable de mi persona. Trae
sus juguetes (juegos reglados), entra al consultorio y propone
jugar con los mismos. No
obstante, no hay
lugar para que el juego se despliegue, en seguida plantea haberse aburrido. Escucho ahí entonces que el niño
todavía necesita de tiempo
para construir un
lazo al otro, “se
aburre antes que algún encuentro conmigo sea
posible”. La consulta se
planteó como necesario luego de que el pequeño tuviera un “episodio convulsivo por pico de stress”, descartándose causa orgánica alguna. Dificultades en el lazo en una
familia en donde
los lazos están interrumpidos. El Otro
no funciona para este niño como
garantía necesaria en la infancia
de la continuidad del armado de su escena del
mundo. Como no hay garantías, la distancia y el aburrimiento se
erigen como defensas posibles, que lo
dejan a Carlitos sin recursos para armar
lazos con otros.
Miranda de 8
años entra al consultorio con un
poco de
vergüenza y timidez. Habla muy bajito. Arma el
juego de las escondidas con títeres de dedos. La particularidad en
este juego es que siempre cuenta el
mismo, es decir hay uno que
no se esconde, que queda fijo en el mismo lugar sin poder sustraerse
de la mirada. Los
padres consultan porque la niña
no pueda hablar “por vergüenza”
con nadie externo al núcleo familiar. Podemos decir que la niña
ubica que hay una mirada de la cual
no puede sustraerse,
que no dispone del velo de
la mirada de la
para la salir y disponer de
su cuerpo en la escena del mundo.
Camila llega con sus 5 añitos a
la consulta. Se la observa muy tímida, no puede escoger ningún juguete, ni armar una escena lúdica. Constantemente pregunta ¿Qué es esto?, ante cualquier objeto, incluso aquellos que conoce. Ofrezco hojas para dibujar. Hace
como figura humana
un círculo que ocupa toda la hoja y dice: “Se llama boca”. La madre consulta porque su hija “no
come”. Hasta los 2 años y medio, tomó solamente el pecho, rechazando cualquier otro tipo de alimento. En este primer dibujo la niña nos plantea que si un cuerpo queda reducido a la
zona erógena oral, la constitución de un cuerpo propio se encuentra comprometido.
Instantáneas del
primer encuentro con
un niño…Brújulas que nos
orienta hacia donde acompañar
a un
niño en la dirección de la cura
para que pueda
construir su escenario infantil, atravesando aquellos
caminos en donde quedó interrumpido.
[i] Flesler, A, “El
niño en análisis” en El niño en análisis y el lugar de los padres , Buenos Aires, Paidós, 2007, pág 17
[ii] Flesler, A, “El
niño en análisis” en El niño en análisis y el lugar de los padres , Buenos Aires, Paidós, 2007, pág 24
Bibliografía
consultada
AMIGO, S. (1995) Clínica de los fracasos del fantasma,
Buenos Aires, Homo Sapiens, 2005
FLESLER, A, “El niño en análisis” en El
niño en análisis y el lugar de los
padres , Buenos Aires,
Paidós, 2007,
FREUD, S. (1950 (1985)) "Proyecto de
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HARTMANN, A. En
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1993.
LACAN, J. (1983) “Dos notas sobre el niño”, en Intervenciones y textos 2, Buenos Aires,
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LACAN, J. (1975) “Conferencia en Ginebra sobre el
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SOTELO, I. Clínica de la
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