INSTANTÁNEAS DEL PRIMER ENCUENTRO CON UN NIÑO.

Lic. Carolina Barrionuevo


*Trabajo presentado en la 2º Jornada del Equipo de Niños del Hospital Álvarez: “La Infancia en los Márgenes” (2013).

Un  niño  llega  al consultorio de un analista por las resonancias que genera en un adulto[i], quien lee una  urgencia en el niño.  Sotelo nos plantea que la  urgencia se  transforma en subjetiva a partir del  encuentro con un analista  que invita a  localizar esa  urgencia, enlazarla a la  historia singular de ese sujeto. ¿Qué escuchar en la primera  consulta con  un   niño? Alba  Flesler nos puntúa que “el  psicoanálisis atiende al  niño  pero apunta al  sujeto”,  “sujeto de la  estructura”  que  “no tiene  edad pero si tiempos[ii] en relación a la constitución  subjetiva.  Las puntualizaciones  de Freud y Lacan nos  sitúan la necesaria dependencia del pequeño infans al Otro para  la constitución subjetiva. Podemos  ubicar, por lo tanto,  la importancia para el  niño de  la  oferta del  Otro  encarnado,  generalmente en los  padres (aunque  no necesariamente) para   construcción de su escena  de la  infancia.

“Enuresis, encopresis,  dificultades en el lazo con pares, dificultades para  la adquisición de las  pautas  madurativas, problemas para  aprender conocimientos  nuevos, angustias transpuestas en síntomas  corporales” son los motivos más  frecuentes de las  consultas  por  un  niño. Motivos que generalmente se relacionan con momentos de pasaje  del niño de  un estado  de dependencia respecto del Otro a  la  conquista  y  exploración de su escena del mundo.  Propongo entonces  escuchar  en los encuentros con un  niño  la  posición de ese sujeto en relación al Otro,  al semejante, a  la demanda, al  deseo,  a  los  objetos  pulsionales,  teniendo en cuenta los  tiempos de  ese  sujeto en la  estructura dentro  del  constitución subjetiva. Siguiendo la  lectura del Seminario 16 de Lacan, poder  ubicar  como le fue  ofrecido  al  sujeto  el  saber, el objeto  y el goce, y la respuesta del  sujeto. Es  en el armado  de una  escena  lúdica donde  el niño podrá  ir articulando su  malestar, poner en  forma “su  urgencia”.  Los  juguetes serán  los  objetos que presten soporte material al texto del niño. Instantáneas del  primer encuentro con  un  niño…Fotografías  que singularizan ese síntoma en sentido amplio que motivó la consulta. Estampas en donde  el niño articula  su posición dentro de la economía libidinal de la estructura  familiar.

Llega Tomas con sus  4 añitos de edad  acompañado de su  mamá. Toca el  timbre y contra toda expectativa familiar, Tomás entra al consultorio sin problemas. Sorpresa para su mamá quien debe acompañarlo y permanecer pegada a su lado para que el niño pueda concurrir a los cumpleaños. Me presento ante el  niño y muestro los juguetes. Los explora y pide hojas para  dibujar. Dice que va a escribir su nombre  pero no se acuerda cómo se hace, me solicita que lo haga yo. Al finalizar, pide también la escritura de su apellido. Saca de la caja de juegos 2 pistolas y los  walky-talky. “Se necesitan refuerzos”, refiere hablando por walky-talky. “Hay que  frenarlos antes de que  lleguen”, agrega. Nos situamos a un extremo de la  pared, ubicamos frente a nosotros dos sillas como protección, y comenzamos a disparar y tirar  bombas. “Ahí vienen, pidamos  refuerzos”, continúa diciendo el  niño. Atemorizados los dos, por miedo a que lleguen, llamamos insistentemente  con los  walky-talky  a los refuerzos mientras  seguimos defendiéndonos con las pistolas y las bombas. Los padres de Tomas se anticipan excesivamente a los pedidos del niño “porque creen que no  va a poder”, así el pequeño no dispone de su  cuerpo para compartir eventos sociales con los compañeros, permaneciendo pegado al cuerpo de su madre, no puede comer, ni dormir solo, ni lograr el control de esfínteres. Por lo tanto, en su primer encuentro con su  analista  el Tomás pide  “refuerzos  para frenar al  Otro antes de que llegue”.

Martina  de  6 años  de edad me propone   jugar a la   ruleta.  Debemos  clasificar   todos  los  juguetes de  la  caja  según orden temática: soldaditos, elementos de cocina, barbies, cosas  para  dibujar,  dinosaurios, autitos, títeres….  Los  ubicamos armando   un  gran círculo, ella se   ubica en el  medio   y  gira  en círculo como la  aguja de un reloj señalando   con su  brazo los  juguetes a  medida que pasa por  cada  sector. Yo  debo  ubicarme  afuera de la  ruleta con los   ojos  cerrados  y   debo decir  basta  en  algún  momento. Instante en el cual, Martina se  detendrá  señalando el grupo temático de juguetes con el  que  jugaremos ese día.  Pregunto qué pasa si  nos  toca  los   soldados  o algo que  no nos  guste: “La  ruleta  es  así, toca  lo toca”. Ubicando la  niña, de esta  manera,    que   solo  podremos  jugar  a  lo que  nos   toque  sin  posibilidad de elegir.  En este “toca  lo  que toca”  la  niña  presenta  episodios de   enuresis las  noches anteriores a cada  evento  social  o escolar en  que se  debe  poner a  jugar  algo de  su elección, de su  deseo.

Carlitos de  6 años de edad  y  su mamá   tocan  el  timbre de  mi consultorio,  me   acerco a saludar al  niño  con un beso, y reacciona precipitadamente   corriéndose para  atrás, ubicándose a  una distancia  considerable de  mi persona. Trae sus  juguetes (juegos  reglados), entra al consultorio  y propone  jugar con los  mismos. No obstante,  no  hay  lugar  para que el juego se  despliegue, en seguida  plantea haberse  aburrido. Escucho ahí entonces que el  niño   todavía necesita de  tiempo para   construir  un  lazo  al otro,  “se aburre antes   que  algún encuentro  conmigo sea  posible”. La consulta se  planteó como necesario luego de que el pequeño tuviera un “episodio convulsivo por  pico de stress”, descartándose  causa orgánica alguna.  Dificultades en el lazo en  una  familia  en  donde  los   lazos están  interrumpidos. El  Otro  no funciona para  este  niño como  garantía  necesaria en la infancia de  la continuidad del armado de su   escena del  mundo. Como  no  hay garantías, la distancia y el aburrimiento  se  erigen  como  defensas posibles, que   lo  dejan  a Carlitos  sin recursos para  armar   lazos con otros.   

Miranda de  8 años entra al consultorio con  un poco  de  vergüenza   y timidez. Habla   muy bajito. Arma  el  juego  de las escondidas  con títeres de dedos. La particularidad en este  juego es que siempre  cuenta el  mismo, es  decir   hay uno que  no se esconde,  que queda  fijo en el mismo lugar sin poder sustraerse de la  mirada.  Los  padres consultan  porque la  niña  no pueda  hablar “por vergüenza” con nadie externo al  núcleo  familiar. Podemos decir que  la niña    ubica que   hay  una mirada de la   cual  no  puede   sustraerse,  que no dispone del velo de  la  mirada  de la   para   la salir  y disponer de  su cuerpo en la escena del  mundo.         
                                
Camila llega  con  sus  5 añitos a  la  consulta. Se la observa  muy tímida, no  puede escoger ningún juguete, ni armar una escena lúdica. Constantemente pregunta ¿Qué es esto?, ante  cualquier objeto, incluso aquellos que conoce.  Ofrezco hojas para dibujar. Hace  como  figura  humana  un círculo que ocupa toda la hoja y dice: “Se llama  boca”.  La madre  consulta porque su hija “no come”. Hasta los 2 años y medio, tomó solamente el pecho, rechazando cualquier otro tipo de alimento. En este primer dibujo la niña nos plantea que si un cuerpo queda reducido a la zona erógena oral, la constitución de un cuerpo propio se encuentra comprometido.  

Instantáneas del  primer  encuentro  con  un  niño…Brújulas que  nos  orienta hacia donde   acompañar a  un  niño  en la  dirección de la  cura  para  que  pueda   construir  su  escenario infantil,  atravesando  aquellos   caminos  en  donde  quedó  interrumpido.








[i] Flesler, A, “El niño en análisis” en El  niño en análisis y el lugar de los  padres , Buenos  Aires, Paidós, 2007, pág  17
[ii] Flesler, A, “El niño en análisis” en El  niño en análisis y el lugar de los  padres , Buenos  Aires, Paidós, 2007, pág  24


Bibliografía consultada

AMIGO, S. (1995) Clínica de los fracasos del fantasma, Buenos  Aires, Homo Sapiens, 2005
 FLESLER, A, “El niño en análisis” en El  niño en análisis y el lugar de los  padres , Buenos  Aires, Paidós, 2007,
FREUD, S. (1950 (1985)) "Proyecto de Psicología" en Obras completas, 1886- 1899, I, 32-446.
HARTMANN, A. En busca del niño en la estructura. Estudios psicoanalíticos de la infancia y su patología, Buenos Aires, Manantial,  1993.
LACAN, J. (1983) “Dos notas sobre el niño”, en Intervenciones y textos 2, Buenos Aires, Manantial, 1988,  55-57.
LACAN, J. (1975) “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma”,en Intervenciones y textos 2, Buenos Aires, Manantial, 1988,   115- 144
RAIMONDI, M. “La urgencia en niños. Intervenciones  y dispositivos clínicos” en  Perspectivas de la  clínica de la  urgencia, Gramma Ediciones, Buenos Aires, 2009
SOTELO, I. Clínica de la  Urgencia, JCE Ediciones, Buenos Aires, 2007